Oscar Alem / Juan Falú: Baisanos (2009)

Las casualidades no existen. Falú y Alem debían coincidir en Bahía Blanca esa noche del 14 de junio de 2006 para plasmar un disco antológico en más de un sentido. Casi sin pensarlo, se arrojaron a desarrollar lo que mejor saben hacer, esta joya que hará historia por su frescura conmovedora.
Aunque parezca mentira, estos dos maestros no se habían encontrado nunca a solas hasta la fortuita noche en que grabaron este disco. Si bien se frecuentaban como amigos, nunca habían encarado ellos dos solos un recital, y la ocasión se dio misteriosamente, debido a la súbita defección de Ramón Navarro. Se pusieron de acuerdo para brindar al público bahiense un concierto en el que cada uno tocaría algo con su instrumento solo y luego unos juguetones dúos. ¿Por qué juguetones? Porque la idea era, sin aviso (sin anunciar el tema), que uno arrancara y luego el otro se sumara sobre la marcha. Todo esto sin ensayo, claro.
Ellos dos, piano y guitarra, solos, tras enterarse de que el trío no se completaba y la gente estaba citada. Bastó una breve charla de camarín para entregarse a la libertad expresiva de cada uno y lo que deparó esa función única. Ahora está el disco, y sabemos que comenzó Juan Falú y su guitarra, haciendo Noches de Catamarca. Luego Oscar Alem entregó su fantástico aire de triunfo El viento viene del sur; nadie más indicado para contarnos de los vientos sureros. Luego siguió cada uno en su instrumento hasta que se encontraron en La López Pereyra, uno de esos standards (¡perdón!) folklóricos infaltables en cualquier peña, guitarreada o fogón. Otros momentos destacados son Niebla del Riachuelo, La vieja y el final, a toda zamba (¡qué versión de La nochera!). Alternaron algunas composiciones propias entre tanto himno. Ninguna versión carece de magia, hay que decirlo.
Estos dos señores que ya dejaron atrás su primera juventud nos enseñan a decir mucho tocando lo justo; no dicen de más, saben que el canto genuino, el que brota de adentro, también es un proceso que se hace con los años, que se va madurando. Como las buenas vides que adornan nuestro país, Falú y Alem están entregando sus mejores vinos ahora, cuando ya suman a sus virtudes históricas el decir simple y sosegado del que sabe escuchar. Algo tan sencillo pero tan necesario a la vez. Improvisando, tocando-jugando (son sinónimos en tantas lenguas, que quisimos sumarnos), riéndose, emocionando y emocionándose ellos mismos, lograron una noche mágica. Esa noche perfecta que todo músico anhela concretar alguna vez en su vida. Esperemos que haya muchas más.

Temas:
1. Presentación
2. Noches de Catamarca
3. El viento viene del sur
4. El bien perdido
5. Chacarera del domingo
6. La López Pereyra
7. Del 55
8. Que lo diga el río
9. Criollita santiagueña
10. Garúa
11. Niebla del Riachuelo
12. La vieja
13. Nostalgias santiagueñas
14. La nochera

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Puente Celeste: Canciones (2009)

Luego de cinco años de silencio discográfico Puente Celeste entrega un disco de canciones que desborda poesía. Gracias a su riguroso “control de calidad”, este quinteto de instrumentistas y cantantes a la vez apasionados y perfeccionistas obtuvo un disco equilibrado en el que nada desentona.
Escapando siempre al lugar común, pero sin temor a lo popular, Puente Celeste parece descansar en la solvente musicalidad de sus cinco miembros para entregar un álbum de canciones (apenas dos temas que no son canciones, sobre doce tracks) en el que hay muchas melodías para recordar, desde la primera escucha, pero también hay una complejidad y una belleza en la arquitectura de los arreglos que invita a repetir la experiencia sin cansarse nunca. Se van descubriendo nuevas gemas en cada vuelta que da el disco…
Hay tres voces cantantes en este quinteto. Las tres muy diferentes, cada una con un registro distinto y con posibilidades de expresión muy características. Cardozo, tenor de voz liviana pero plena, con notable capacidad para contar historias, para lo dramático, y también para la dulzura, se hace cargo de sus cuatro canciones. Aparte del track de apertura, canta Aire seré, La noche murmura (sobre poesía de Juan L. Ortiz) y el fantástico Milongón azul. Moguilevsky es la voz grave del grupo, llena de armónicos el aire aportando electricidad en Pinche tirano y Quién (ambos de Dyzenchauz) y una profundidad notable en No hay después (de su autoría). Finalmente, en Pasadizos (otro tema del contrabajista), logra algo sólo posible gracias al estudio de grabación: cantar junto a su saxo tenor. Vázquez demuestra que cuando canta pone el alma. Eriza la piel escuchar su voz, a veces a punto de quebrarse por la emoción en Noche de papel (tema propio) o en Las palabras (de Nikotián). Además, los tres se juntan en muy buenos arreglos vocales a dos o tres voces (también se suma a veces en los coros Luciano Dyzenchauz). Es notable que en un grupo de grandes instrumentistas, en el cual no hay (¡qué bueno!) un cantante definido o frontman se pueda disponer de una paleta tan amplia de colores vocales. Es muy notable porque se supone que el fuerte de Puente Celeste es la calidad de sus integrantes como multiinstrumentistas, y este disco ocupa una gran parte de su tiempo en arreglos que se subordinan a las muy cantables melodías que salen de sus laringes, no sólo de sus dedos.
Impecable disco de estudio, de un grupo que ama el toque en vivo. Queda, como ruego, el deseo de que el próximo disco ¡llegue pronto!

Temas:
1. Otra vez el mar
2. La noche murmura
3. Pinche tirano
4. Noche de papel
5. No hay después
6. Milongón azu
7. Quién
8. Las palabras
9. Pasadizos
10. Gincana
11. Aire seré
12. Pampa

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